¿Es mejor alquilar un trastero o pedirle a mi tío que me guarde las cosas?

🧳 ¿Es mejor alquilar un trastero o pedirle a mi tío que me guarde las cosas?

Vas acabando el curso. Ya has aprobado (o casi) todo. Te vuelves a casa por el verano, o te vas de Erasmus. Y te enfrentas al clásico dilema: ¿qué hago con mis cosas?

Lo piensas, lo dudas… y al final se te ocurre: “Bueno, se lo dejo a mi tío. Total, tiene garaje.”

Y aquí empieza la historia.

El favor que se convierte en tensión

Tu tío te dice que sí. Pero a las dos semanas te manda un audio:

"Oye, las cajas esas... ¿cuánto tiempo más van a estar aquí?"

Lo que parecía una solución “gratis”, empieza a costar caro: culpabilidad, dependencia y tensión familiar.
Y si encima tienes libros, ropa, una bici o incluso algún electrodoméstico... es un caos.

Lo que nadie te cuenta de “pedir el favor”

• No tienes acceso fácil. Si se te olvida algo, te aguantas.

• Tus cosas no están seguras. ¿Y si alguien las mueve? ¿Y si se mojan o se rompen?

• Dependes de horarios y buen humor. Literalmente.

¿Y alquilar un trastero?

Ahora viene lo bueno.

Ventajas reales (de las que no te venden con luces de neón):

• Tienes tu espacio. Solo tuyo. Sin favores ni explicaciones.

• Puedes acceder cuando quieras. Vas, coges lo que necesitas y listo.

• Están pensados para esto. Secos, vigilados, protegidos.

• Lo recoges cuando vuelvas. Y mientras, te olvidas del tema.

Y sí, hay opciones para estudiantes. Con recogida incluida. Con cajas. Con todo fácil.
Te olvidas del drama y sigues con tu vida.

Pero... ¿y el precio?

Pensabas que te iba a soltar una cifra exacta, ¿no? Pues depende. Pero aquí va lo honesto:

🟢 Hay servicios desde menos de lo que gastas saliendo dos veces por mes.
🟢 Y algunos incluso te recogen tus cosas sin que muevas un dedo.

Eso ya no es un “lujo”. Es sentido común si estás en una ciudad donde el tiempo, el espacio y la tranquilidad valen oro.

¿Qué opción tiene más sentido?

Si te lo puedes permitir (y hay opciones asequibles), alquilar un trastero en Madrid es una decisión adulta.
Si no, claro que puedes tirar de familia. Pero luego no digas que no te avisé…

¿Te pica la curiosidad?

Busca opciones. Compara. Y si quieres algo pensado para estudiantes como tú, con recogida, cajas y devolución cuando vuelvas... ya sabes por dónde empezar.